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Yin y Yang en Acción…

 

Después de la tempestad viene la calma.

El amor y el odio son dos caras de la misma moneda.

El fracaso es el trampolín hacia el éxito.

La tristeza permite apreciar la felicidad.

En la soledad descubres tu propia compañía.

La paciencia y la impaciencia son dos formas de vivir el tiempo.

La sabiduría surge de admitir la ignorancia.

La luz se encuentra al final del túnel.

En la adversidad se encuentra la fuerza.

En la debilidad se descubre el coraje.

Estas frases populares destacan cómo los opuestos coexisten y se complementan.

Este es el principio de Yin y Yang… las dos fuerzas que están permanentemente buscándose para encontrar el equilibrio, porque el equilibrio es el camino a un mundo perfecto.

Mantente vivo, pleno, saludable y feliz promoviendo tu propio equilibrio, ESTA ES LA ÚNICA FORMA. Comienza practicando estos simples hábitos.

 

 

Dale la Bienvenida al Dolor

 

Pain

Lo creas o no, si sufres de cualquier tipo de dolor crónico o si alguna vez sientes algún tipo de dolor, una de las mejores cosas que puedes hacer es darle la bienvenida.

La premisa básica es que cuando resistimos o evitamos el dolor, podemos amplificarlo y crear más sufrimiento para nosotros mismos. Al aceptar el dolor, ya sea físico o emocional, y permitirnos experimentarlo plenamente, podemos disminuir nuestro sufrimiento general y superarlo de manera más efectiva.

Nuestro instinto natural es evitar sentir dolor, pero cuanto más nos alejamos de él, más tiempo o más fuerte persiste.

Sentir dolor y tratar de alejarse de él desencadena miedo y ansiedad, lo que crea más dolor. Si damos la bienvenida al dolor y permitimos que esté allí, el miedo y la ansiedad desaparecen. El dolor se transforma y se vuelve menos intenso, y cuanto más le damos la bienvenida y le damos espacio, más desaparece.

El dolor es una señal de que algo anda mal y necesita atención, por lo que en momentos de dolor debemos girar conscientemente la atención hacia nosotros mismos y observar el dolor sin juzgar, permitiéndonos experimentarlo plenamente sin resistirlo, y reconociendo y liberando las sensaciones y emociones asociadas con él.

La próxima vez que sientas dolor, cierra los ojos, relaja los hombros, respira lenta y profundamente, y acepta el dolor. Siéntelo y pregúntate: ¿Podría darle la bienvenida a esto en mi espacio? Practica esto durante cinco minutos o tanto como desees y observa qué sucede.

Para complementar la técnica anterior y mantener tu vida en equilibrio, descarga y practica Los Cinco Hábitos Matutinos para Tener un Gran Día..